Una representación visual de la fusión entre el mundo físico y emocional.
Esta pieza, es un testimonio de cómo nuestras realidades tangibles e intangibles se entrecruzan y dan forma a nuestra experiencia humana.
La estructura geométrica, con su precisión y claridad, simboliza el mundo físico que nos rodea, un reino de orden y lógica. En contraposición, las formas fluidas y etéreas de color púrpura y rosa evocan el mundo emocional, un espacio sin forma definida, lleno de sentimientos y sueños. Estos dos aspectos de nuestra existencia, a menudo vistos como separados, aquí se fusionan en una danza visual que celebra su interdependencia.
Te invito a reflexionar sobre la complejidad de la vida, donde cada momento es una confluencia de lo concreto y lo abstracto, lo visible y lo invisible, lo pensado y lo sentido.
Es un homenaje a la belleza que emerge cuando permitimos que nuestras realidades se unan, revelando un panorama más rico y profundo de lo que significa ser un humano.