Esta obra procura ser un testimonio de la tensión existente entre el orden y el caos. Las líneas negras, firmes y decididas, construyen una arquitectura visual que desafía la aleatoriedad de las formas rojas, que, aunque contenidas, irrumpen con fuerza y pasión.
La paleta de colores limitada acentúa la lucha entre la rigidez de la geometría y la libertad del color. En conjunto, la pieza te invita a contemplar la coexistencia de opuestos y a encontrar la belleza en la complejidad de esta interacción.