Un mundo donde la geometría y la fluidez coexisten.
Las tintas crean formas naranjas abstractas que cobran vida, extendiéndose en un baile de colores y líneas que desafían la estructura subyacente.
Los garabatos dispersos alrededor de las formas principales aportan un sentido de caos controlado, un recordatorio de que en el arte, como en la vida, hay belleza en la imperfección.
Con una paleta de colores limitada pero vibrante, juego con el contraste entre los negros detallados y los naranjas brillantes, creando una composición que es a la vez reflexiva y energética.